El escepticismo cartesiano es una paradoja en epistemología contemporánea que aparentemente establece la conclusión absurda de que nadie sabe nada acerca del mundo externo de cosas físicas, utilizando un argumento válido con premisas que están fuertemente justificadas. Una de esas premisas es una ejemplificación del principio de clausura del conocimiento (PC), el cual, en su versión más cruda, dice que si S sabe que p y sabe que p implica q, entonces sabe que q. En otro trabajo [Fernández 2017] he argumentado que el escepticismo cartesiano no constituye una amenaza para nuestro conocimiento ordinario -contrariamente a lo que parecen pensar muchos filósofos-, sino que, al igual que otras paradojas filosóficas, constituye una amenaza para cierto conocimiento filosófico, en este caso para el conocimiento de que la epistemología verdadera puede combinar coherentemente (PC) con la idea de que muchas adscripciones ordinarias de conocimiento del mundo exterior son verdaderas. Cualquier filósofo que piense que estos son elementos de la epistemología verdadera, tiene que ofrecer una respuesta a la paradoja del escepticismo cartesiano. Pero estas afirmaciones suponen que hay una genuina paradoja planteada por el escepticismo cartesiano, es decir, que el escéptico consigue plantear un argumento válido, con premisas fuertemente justificadas y en favor de una conclusión absurda. El presente trabajo desarrolla en detalle algunas razones, rara vez abordadas en la bibliografía pertinente, que parecen sugerir que las posibilidades de error que el escéptico introduce no pueden usarse con (PC) para obtener la conclusión que el escéptico busca. Sin embargo, después se muestra cómo una ejemplificación de (PC), diferente de la que típicamente se usa en la bibliografía sobre el tema, puede utilizarse para obtener válidamente la conclusión escéptica, siempre y cuando se añada al argumento como premisa auxiliar una ejemplificación del principio de iteración del conocimiento.
En la sección I se expone la reconstrucción tradicional del argumento escéptico cartesiano que incluye como una de sus premisas una ejemplificación de (PC), que llamaré la “ejemplificación estándar”. La sección II distingue y discute en detalle dos tipos diferentes de posibilidad escéptica de error y muestra que ninguna de ellas puede utilizarse con la ejemplificación estándar de (PC) para obtener la conclusión escéptica. La sección III presenta versiones de (PC) mas refinadas (Hawthorne 2004 y David & Warfield 2008) y muestra cómo tampoco ellas pueden combinarse con ninguno de los dos tipos de posibilidad escéptica para alcanzar la conclusión deseada. El problema común a todas las versiones de clausura es que no permiten obtener la conclusión global (“Nadie sabe nada…”) que busca el escéptico a partir de las posibilidades de error en cuestión. La sección IV examina la estrategia, recientemente recomendada por Alspector-Kelly [2019] en favor del escéptico, de abandonar la idea de usar posibilidades de error a gran escala [wholesale] y sustituirla por una colección de posibilidades fragmentarias [piecemeal]; en la sección se argumenta que el uso de posibilidades fragmentarias sigue sin permitir alcanzar la conclusión global que caracteriza a la paradoja escéptica. La sección V argumenta que las dificultades anteriores pueden evadirse si se utiliza una ejemplificación de (PC), o de cualquiera de sus versiones más sofisticadas, que es diferente de la “ejemplificación estándar”; dicha ejemplificación, que llamaré “ejemplificación exitosa”, puede utilizarse para obtener válidamente la conclusión paradójica global a partir de un tipo tradicional de posibilidad escéptica, pero sólo si se añade como premisa auxiliar el principio de iteración del conocimiento, según el cual si S sabe que p, entonces S sabe que sabe que p.
Este es un resultado sustantivo, pues de él se sigue que el argumento del escepticismo cartesiano constituirá una amenaza para el conocimiento filosófico sólo de aquellos que sostengan que la epistemología verdadera incluye clausura, iteración y la verdad de adscripciones de conocimiento ordinario. Quienes estén dispuestos a rechazar iteración, podrán incorporar clausura y sentido común en su epistemología sin temor a incurrir en paradoja.